Lenguaje no excluyente

Comunicarnos con lenguaje no excluyente es una decisión política de la organización porque es justa, no excluyente y representa mejor lo que queremos decir. El lenguaje es fundamental en nuestras comunicaciones diarias e interfiere en la forma en la que construimos nuestra imagen interna y externa.

Objetivo

Utilizar esta herramientas visibiliza las construcciones de género desigualitarias que pueden seguir operando dentro de la organización y ayuda a la incorporación de la perspectiva de género con un impacto político, una mejora en la capacidad comunicativa, transparencia y ajuste a la realidad. Además, es una herramienta pedagógica porque crea un material formativo en torno al lenguaje no excluyente en particular, y a la equidad de género en general. El lenguaje construye pensamiento y permite conectar el imaginario de la entidad con la igualdad de género. Esta herramienta contribuye a los principios 1, 4 y 8 (coherencia, equidad y diversidad) de la Política de Género de Greenpeace España.

Y en Greenpeace...¿cómo lo hacemos?

El castellano resulta una lengua muy rica a la hora de disponer mecanismos que nos permitan nombrar a la mitad del planeta y la diversidad del mundo. ¿Y la economía del lenguaje?


Desde el Equipo de Género consideramos que debe primar la justicia a la economía del lenguaje, pero además, los genéricos cumplen los dos objetivos:


1) Utilizar recursos no excluyentes no obliga siempre a alargar la frase y a ralentizar el discurso.

2) La economía lingüística sólo tiene sentido si se cumple el principio básico de la comunicación. Si la elocución resulta ambigua de nada sirve la parquedad en palabras.


Recomendaciones para un lenguaje inclusivo

Todas estas recomendaciones nos ayudarán a visibilizar, a través del lenguaje, la diversidad del mundo y a no utilizar un lenguaje androcéntrico pero tampoco binario.


Uso de sustantivos realmente genéricos: colectivo, equipo, persona, población, público…


Uso de sustantivos abstractos: alumnado, ciudadanía, profesorado, infancia, adolescencia, la clase política…


Uso de metonimias: la dirección, la plantilla, la vicepresidencia, la redacción…


Profesiones: las denominaciones de cargos, profesiones y titulaciones en femenino, mediante el morfema de género y/o el artículo.


Uso del género masculino y femenino: las denominaciones de cargos, profesiones y titulaciones en femenino, mediante el morfema de género y/o el artículo.


Cambios en la redacción: Ej: “Los consumidores tienen derecho a pedir el libro de reclamaciones” podría sustituirse por “la organización pondrá a disposición el libro de reclamaciones”.


Uso de adjetivos genéricos: inteligente, audaz…


Uso de fórmulas y palabras que resulten inclusivas con los colectivos que hayan decidido emplear sus propios términos para autodenominarse y sentirse identificados: personas con diversidad funcional, mujeres trans, hombres trans, personas queer…


Evitar el uso de formas verbales en participio: Ej.: En lugar de comprometido, emplear otras fórmulas como quienes tengan compromiso, quienes se comprometan…


Evitar el uso de pronombres sexuados en masculino: todos, aquellos, uno…


Cambiar de frase, ejemplos:

*Hazlo por ti mismo / Hazlo por tu cuenta
*Únete a nosotros / Únete a Greenpeace.
*Los periodistas y los estudiantes asistirán al acto de clausura / Periodistas y estudiantes asistirán al acto de clausura / Periodistas y alumnado asistirán al acto de clausura.
*Tú eres el protagonista / Tú eres protagonista.


Uso de “cada” o “cualquier”: Ej: Todos los representantes de los distintos servicios.. / Cada representante de los distintos servicios dispondrá...


Uso de quien/quienes: Ej: Los que se inscriban en el curso / Quienes se inscriban en el curso


Decálogo de uso del lenguaje no excluyente

1. Corregir el enfoque androcéntrico de las expresiones, buscando un lenguaje igualitario. Un lenguaje no excluyente permite crear referentes femeninos porque visibiliza a las mujeres, nombra correctamente a varones y mujeres, rompe estereotipos y neutraliza los prejuicios sexistas.


2. Es compatible el uso de las normas gramaticales y estilísticas con el uso no sexista de la lengua.


3. Evitar el uso de tratamientos de cortesía innecesarios. En el caso de incluirlos, se utilizarán los siguientes: “don y señor” para varones y “doña y señora” para mujeres. Nunca se emplearán nombramientos que impliquen relaciones de dependencia o subordinación.


4. El uso innecesario o abusivo del masculino genérico es un obstáculo a la igualdad real entre hombres y mujeres porque oculta a las mujeres y produce ambigüedad. Se evitará su utilización en textos y documentos.


5. Para sustituir el masculino genérico se emplearán términos genéricos colectivos, abstractos o vocablos no marcados, perífrasis o metonimias. Cuando no produce ambigüedad, se puede omitir la referencia directa o bien utilizar infinitivos o pronombres.


6. Se utilizarán, cuando sea posible, las denominaciones de cargos, profesiones y titulaciones en femenino, mediante el morfema de género y/o el artículo. Cuando su uso se haga en plural, se evitará la utilización del genérico masculino.


7. Cuando el texto se refiera a quien posee la titularidad de una entidad, área o institución, el lenguaje se adecuará al masculino o al femenino en función de si se trata de un hombre o una mujer. Es importante recordar que el español tiene marca de género por lo que los cargos ocupados por mujeres deben recogerse en femenino.


8. Los documentos administrativos deben dirigirse a la ciudadanía con fórmulas que nombren específicamente a las mujeres cuando se conoce su sexo. Cuando se desconoce quién será la persona destinataria, se usarán fórmulas que engloben a ambos sexos, evitando el uso del masculino genérico.


9. El uso de dobletes mediante barras queda limitado a los formularios de carácter abierto y a determinados encabezamientos.


10. No promover el uso de la arroba “@”, ni de la equis “x” porque dificulta la lectura para personas con problemas de visibilidad y cognitivos y no es un signo lingüístico.


¿Y la RAE?

Para entender sus resistencias es importante conocer quiénes forman y han formado la Real Academia de la Lengua. La RAE fue fundada en 1714 y desde entonces no ha sido dirigida por ninguna mujer. La primera académica fue Carmen Conde en 1978, ya en tiempos de Democracia y Constitución y casi tres siglos desde su fundación. Hoy la presencia femenina es de ocho mujeres, un 18%. En total, 11 mujeres han formado parte de la RAE a lo largo de su historia.


Hasta 2014 no se eliminó del DRAE (Diccionario de la Real Academia) el significado de “débil, endeble” para femenino y se admitió “presidenta”. El DRAE continúa recogiendo definiciones sexistas como “histeria: más frecuente en la mujer que en el hombre” contra todo criterio médico.


Algunas acepciones suprimidas por la RAE en 2014:
GOZAR. Conocer carnalmente a una mujer.
COCINILLA. Hombre que se entromete en cosas domésticas que no son de su incumbencia.
PERIQUEAR. Dicho de una mujer: disfrutar de excesiva libertad.
EDÉN. Paraíso terrenal, morada del primer hombre antes de su desobediencia.
HOMBRE. Ser animado racional, varón o mujer. Individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia, como el valor y la firmeza.
MUJER. Persona del sexo femenino. Que tiene cualidades consideradas femeninas por excelencia.
FEMENINO. Débil, endeble.
MASCULINO. Varonil, enérgico.
PADRE. Varón o macho que ha engendrado. Cabeza de una descendencia, familia o pueblo.
PADRE DE FAMILIA. jefe de una familia aunque no tenga hijos.
MADRE. Hembra que ha parido. Madre de familia: mujer casada o viuda, cabeza de su casa.


Algunas acepciones suprimidas por la RAE en 2019:
PENDÓN. Mujer cuyo comportamiento es considerado
HISTERIA. Enfermedad nerviosa, crónica, más frecuente en la mujer que en el hombre, caracterizada por gran variedad de síntomas, principalmente funcionales, y a veces por ataques convulsivos.


La RAE afirma estar trabajando en eliminar las connotaciones misóginas del diccionario. El cambio más generalizado es el de “hombre” por “persona” en las definiciones. Ha elaborado un informe de lenguaje inclusivo para la Constitución española en el que aborda las cuestiones de sexismo lingüístico en las que ha estado trabajando durante los últimos años.


La RAE tiene previsto a partir del año 2026, incluir en el Diccionario de la Lengua Española el concepto ‘violencia de género’. Sin embargo, ya a finales del siglo XX, Emilia Pardo Bazán escribía relatos denunciando esta lacra y en 1624, Francisca de Pedraza consiguió que la justicia reconociera que había sufrido violencia de género.

Para reflexionar...

María Moliner, la Académica que no tenía sillón

“Sí, mi biografía es muy escueta en cuanto a que mi único mérito es mi diccionario, (...) pero si ese diccionario lo hubiera escrito un hombre, diría: “¡Pero y ese hombre, cómo no está en la Academia!”.

El DUE (Diccionario del Uso del Español) es un diccionario de definiciones, de sinónimos, de expresiones y de frases hechas, un diccionario fácil de entender en la infancia y para una persona no hispanohablante. Es el diccionario más completo, dinámico y divertido de la lengua española y lo escribió María Moliner en su casa, trabajando más de diez horas diarias durante quince años hasta conseguir la excelencia. Anticipó la ordenación de la ‘Ll’ en la ‘L’, y de ‘Ch’ en la ‘C’ (criterio que la RAE no siguió hasta 1994), registró whiskey con esta grafía y con la de ‘whisky’, incluyó yayo/a, expresión referida a los abuelos/as en su Diccionario, registró la palabra que hoy la RAE también acepta con ‘q’ y que ella ya escribía de tal manera en la misma entrada de ‘Kiosco’.