A todas aquellas personas que construyen o diseñan mensajes internos o externos desde la organización.
Las imágenes juegan un papel clave en la comunicación. A través de las imágenes también lanzamos mensajes y contenidos. Es fundamental asegurar que el uso de estas imágenes contribuyen de forma eficaz y justa a la igualdad efectiva de mujeres y hombres. Esta herramienta contribuye al principio 4 “Tratamiento igualitario de mujeres y hombres” de la Política de Género de Greenpeace España.
Si vas a utilizar imágenes para alguna actividad, texto, informe,... es importante hacer un análisis previo para confirmar que contribuyan a la igualdad. Te proponemos responder a estas 10 preguntas que te ayudarán a introducir una mirada crítica desde la perspectiva de género.
¡Vamos a chequear!
Contesta Sí o No:
1. ¿Hay representación equilibrada en el número de fotos con mujeres y hombres?
El mundo está formado por mujeres y hombres. Las mujeres no son un colectivo con dificultades especiales. Son parte de la población, concretamente más de la mitad de la población mundial.
2. ¿Cómo sale representada la imagen grupal?
Es importante mostrar relaciones igualitarias, más allá de las relaciones afectivas, tanto entre hombres, entre mujeres y entre ambos sexos, visibilizando modelos de relación basados en la cooperación y la solidaridad.
3. Las imágenes muestran la diversidad de las mujeres?
No hay un modelo único de mujer ni de hombre.
4. ¿Se representa a las mujeres concretas en su acción individual?
(No representar a la mujer como alguien “en relación a” o “en función de” y sino como protagonista. Representarla sola sin que esté acompañada por hijos/as o como “mujer de”).
5. ¿Has tenido en cuenta posibles estereotipos y roles?
Es importante presentar a hombres y mujeres ejerciendo indistintamente funciones en los ámbitos privado y público. Por ejemplo, presentar a los hombres, además de en su vertiente pública, como padres y en la esfera doméstica.
6. ¿Hemos representado a las mujeres de forma activa, siendo fieles a su verdadera naturaleza e individualidad?
Evitar imágenes de mujeres que puedan despertar paternalismo, que la mujer esté representada como alguien “en relación a” o “en función de” y no como protagonista.
7. ¿La imagen corresponde con el lenguaje?
Lo que no se nombra no existe. Hay que trabajar activamente para erradicar la ocultación sistemática de las mujeres. Usa el lenguaje inclusivo, cuidando especialmente el uso del masculino genérico.
8. ¿En las imágenes elegidas hay mujeres relevantes?
Es importante contar con mujeres expertas, visibilizar su trabajo y reconocer su contribución para fomentar la participación de las mujeres en el ecologismo.
9. ¿Hay imágenes de fotógrafas o de artistas mujeres?
Aseguremos la contribución de mujeres en la fotografía.
10. ¿Te has asegurado que la imagen no es sexista?
Te proponemos un ejercicio. La regla de la inversión, nos ayudará a ver si algo nos rechina. Se trata de darle la vuelta a la frase o imagen. Allí donde está el hombre, poner a la mujer, y al revés. Si nos resulta cómico, ¡es sexista!
Cuando en una imagen no hay mujeres, hay que preguntarse: ¿dónde están? Seguramente hay una historia por descubrir. Como dice Nuria Varela, “si son los ojos de las mujeres los que miran la historia, ésta no se parece a la oficial”. Es el caso de la historia sobre los orígenes de Greenpeace. La historia no oficial habla de siete personas que fundaron la organización y cuatro de ellas eran mujeres. Mujeres que venían del movimiento pacifista antinuclear y feminista. No se las conoce porque no viajaron en el velero, porque las mujeres daban mala suerte en los barcos. Por tanto, ellas no aparecen en las fotos. Como consecuencia de esta invisibilidad, no sabemos quiénes eran ni se han reconocido sus contribuciones. El relato histórico de Greenpeace está incompleto. La primera tripulación de Greenpeace y su fundación ha quedado en la retina con un imaginario alejado de la realidad donde sí había mujeres. Aquí es importante los conceptos de la esfera pública y la esfera doméstica. Los hombres, históricamente han accedido al ámbito público y las mujeres al ámbito privado.
No solo es importante que las mujeres estén representadas. Una buena foto contribuye a la igualdad y una foto sexista contribuye a perpetuar roles, estereotipos de género y, en casos más extremos, la cosificación. Puede alimentar a las violencias culturales y estructurales que sostienen la violencia directa. Por eso, es importante utilizar esta herramienta ecofeminista para romper estas dinámicas.
La fotografía ha sido durante mucho tiempo una industria dominada por los hombres. Las estadísticas publicadas por el concurso World Press Photo en 2016 mostraban que en los últimos cinco años, solo el 15% de las fotos fueron producidas por mujeres. Según un informe interno de Greenpeace en 2017, sólo hay un 16,6% de trabajos realizados por fotógrafas freelancers en la organización. En barcos cae a un 5%, y en plantilla, un 25%.